Septiembre para mi siempre ha sido un mes de propósitos, cambios y nuevos planes y por eso he decido comenzar hoy a escribir mi primer post y lo voy a hacer sobre un restaurante al que fui en dos ocasiones hace poquito cuando estaba de vacaciones por Cantabria.
El Restaurante se llama El Solievo está en una casona antigua preciosa en el municipio cantabro de Soano. Solamente la fachada ya nos invita a entrar.
Una vez dentro nos encontramos con un patio decorado con un toque muy personal y bonito. Me encantó la decoración con toques vintage y materiales reciclados, donde menos es más y donde las balas de paja dan un toque rural country y hacen que no te quieras ir de este lugar. El primer día que fuimos estaba lloviendo y aún así el café y la copa nos la tomamos aquí mientras que mi hijo jugaba con todas las bicicletas, motos, triciclos que tenían por el patio, otra idea maravillosa de este restaurante para los que tenemos hijos y nos gusta salir.
Al entrar al restaurante ves que sigue reinando la decoración vintange que le da ese toque tan peculiar a todo el restaurante.
Aquí estamos nosotros que subimos esas escaleritas para comer en la parte de arriba del restaurante.
Y que os voy a contar de la comida.....pues que estaba fabulosa como todo el restaurante. El foie estaba impresionante, era casero lo hacían ellas mismas, no podía estar más rico y aunque la presentación era muy llamativa la combinación de los sabores de sobado tostado con mermelada de pera y foie, no nos convenció mucho pero nos dio igual porque el foie con el pan calentito que ponen estaba espectacular.
Las zamburiñas a la plancha muy pero que muy recomendables, riquísimas, estas las tenían fuera de carta y el precio era por unidades, es que a parte de la carta siempre te dan platos a elegir de 6€ y 12€.
Para picar unas croquetas de erizo y oreja a la plancha supertierna y hecha como a mi me gusta que también eran raciones fuera de carta.
Las alubias verdinas asturianas con langostinos no nos gustaron tanto pero los calamares a la plancha con tomates traídos directamente de su huerta al plato estaban muy buenos.

El atún de la carta muy elaborado y rico y el shashimi de bonito recomendación de ellas porque estaba de temporada muy bueno también.
En fin un lugar para repetir porque nos encantó la decoración, el trato del personal, por cierto todas mujeres, la comida riquísima a precios razonables y si hay que ponerle un pero es que cuando está muy lleno el restaurante como nos pasó a nosotros el segundo día hay que tener mucha paciencia porque se saturan un poco y la espera fue un poco larga. Pero sin duda cuando vaya a Cantabria volveré al El Solievo.
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