lunes, 14 de septiembre de 2015

La Rioja Alta: Una bodega, un restaurante y una casa rural

      Hoy desde esta ventana os invito a conocer un poquito de La Rioja Alta, este verano visité las bodegas de los vinos que escogimos para nuestra boda. El tinto fue Ramón Bilbao Crianza, escogimos este vino porque nos encanta, lo solemos pedir a menudo cuando salimos a comer o a cenar. Es un vino de un precio medio que nunca te defrauda porque a diferencia de otros el sabor siempre es muy similar,  claro que no soy una experta solo una consumidora a la que le gusta los vinos con cuerpo pero no demasiado y sobre todo me gusta que lo los vinos no te den mucha resaca y con este vino lo consigo,  os aseguro que deja menos resaca que otros, será que tiene menos sulfitos que otros .....arrrggg se me olvidó preguntarlo en la cata.

Entrada al edificio

Aquí estoy en la entrada del edificio, dónde tienen expuestas las distintas botellas del grupo Diego Zamora que son los dueños de esta bodega y  de otras como Mar de Frades y hasta el Licor 43 es suyo además de otros vinos, licores y ginebras.




Habéis visto que botellaza, 15 litros ¿Quién comprará estas botellas?


      Y aquí tenéis el Ramón Bilbao Mirto, que al escoger la visita corta de la bodega nos quedamos sin probarlo pero seguro que  está buenísimo. Ya lo probaré en otra ocasión porque la verdad es que me quedé con las ganas y más después de visitar la bodega y que Cristina, la guía de la bodega, nos hablase tan bien de este vino y nos contase el proceso de elaboración especial que tiene.
      Hay otra visita más larga en la que se degusta el Mirto, por horario no nos venía bien así que nos tuvimos que conformar con la corta pero salimos encantados, Cristina a parte de que lo explica todo de maravilla desde que entras por la puerta parece que la conoces de antes, lo que hace que tengas confianza para preguntarle todo lo que quieras desde el primer minuto. Aquí os dejo fotos de la bodega.









Al finalizar la visita de la bodega fuimos a la sala de cata, donde nos dieron a degustar la Edición Limitada de Ramón Bilbao y Viñedos de Altura, acompañados de una regañá sevillana y además nos regalaron un jaboncito de semillas de uva, que me encanta!!!




Y me fuí tan contenta por visitar la bodega de Ramón Bilbao.



      Aunque en Haro hay muy buenos restaurantes, me apetecía mucho ir a Ollauri porque tenía buen recuerdo de la comida de este pueblo así que nos fuimos a La Taberna de Ollauri a comer un menú muy rico y con un precio estupendo. 



La relación calidad precio es muy buena, fuimos entre semana y tenía un menú donde podías escoger entre varios primeros y segundos.


Ensalada de Jamón de pato
Pochas de la Rioja
Entrecot
Merluza

Para nuestra estancia de un día en La Rioja Alta escogimos una casa rural en el pueblecito de Briñas, me sorprendió muchísimo este pueblo porque a pesar de que estuve casi cuatro años viviendo en Logroño y haber ido varias veces a Haro y a pueblos cercanos, no lo conocía y es precioso!!!! Eso sí muy pero que muy pequeño pero con ese encanto especial que solo pueden tener estos pueblos tan pequeños que parecen que se han detenido en el tiempo. No tengo muchas fotos porque me quedé sin batería en la cámara pero de verdad merece la pena ir a este rincón riojano y dar un paseo a la orilla del Ebro.

Una de las plazas del pueblo

Nos alojamos en Casa Legarda, una casona del siglo XVII restaurada y con el mismo encanto que tiene el pueblo que parece que te trasladas en el tiempo. 

Fachada Casa Legarda


      Es una casa rural que se alquila por habitaciones, no tiene recepción tienes que ir al mesón Chomi que está al lado, entonces te acompaña una señora magisima que te abre la casa te enseña la habitación, en fin que te da la bienvenida y te explica todo. 


Subida a la habitación
Nuestra Habitación: Fuentecilla (tiene una pequeña terraza)
Salón (Zona común de la casa)
El Comedor
El desayuno



Espero que os haya gustado este post, quería compartir con vosotros este pequeño rincón de la rioja que tanto me gustó, no tengo fotos del pueblo pero buscarlas y veréis que bonito que es y si os animáis a ir comprobareis la gente tan maja que tiene.

martes, 1 de septiembre de 2015

El Solievo, un restaurante con mucho encanto en Cantabria

      Septiembre para mi siempre ha sido un mes de propósitos, cambios y nuevos planes y por eso he decido comenzar hoy a escribir mi primer post y lo voy a hacer sobre un restaurante al que fui en dos ocasiones hace poquito cuando estaba de vacaciones por Cantabria.
      El Restaurante se llama El Solievo está en una casona antigua preciosa en el municipio cantabro de Soano. Solamente la fachada ya nos invita a entrar.


      Una vez dentro nos encontramos con un patio decorado con un toque muy personal y bonito. Me encantó la decoración con toques vintage y materiales reciclados, donde menos es más y donde las balas de paja dan un toque rural country y hacen que no te quieras ir de este lugar. El primer día que fuimos estaba lloviendo y aún así el café y la copa nos la tomamos aquí mientras que mi hijo jugaba con todas las bicicletas, motos, triciclos que tenían por el patio, otra idea maravillosa de este restaurante para los que tenemos hijos y nos gusta salir.










Al entrar al restaurante ves que sigue reinando la decoración vintange que le da ese toque tan peculiar a todo el restaurante.








Aquí estamos nosotros que subimos esas escaleritas para comer en la parte de arriba del restaurante.    





Y que os voy a contar de la comida.....pues que estaba fabulosa como todo el restaurante. El foie estaba impresionante, era casero lo hacían ellas mismas, no podía estar más rico y aunque la presentación era muy llamativa la combinación de los sabores de sobado tostado con mermelada de pera y foie, no nos convenció mucho pero nos dio igual porque el foie con el pan calentito que ponen estaba espectacular.


Las zamburiñas a la plancha muy pero que muy recomendables, riquísimas, estas las tenían fuera de carta y el precio era por unidades, es que a parte de la carta siempre te dan platos a elegir de 6€ y 12€.

Para picar unas croquetas de erizo y oreja a la plancha supertierna y hecha como a mi me gusta que también eran raciones fuera de carta.



Las alubias verdinas asturianas con langostinos no nos gustaron tanto pero los calamares a la plancha con tomates traídos directamente de su huerta al plato estaban muy buenos.





       El atún de la carta muy elaborado y rico y el shashimi de bonito recomendación de ellas porque estaba de temporada muy bueno también.




Y como no, los nuggets para el pequeñin de la casa que con la presentación tan graciosa no se dejó ni uno.



     En fin un lugar para repetir porque nos encantó la decoración, el trato del personal, por cierto todas mujeres, la comida riquísima a precios razonables y si hay que ponerle un pero es que cuando está muy lleno el restaurante como nos pasó a nosotros el segundo día hay que tener mucha paciencia porque se saturan un poco y la espera fue un poco larga. Pero sin duda cuando vaya a Cantabria volveré al El Solievo.